HOLA
Soy Mariola Ustarán, la orgullosa propietaria de Food Room. En 2017, después de cerrar un gratificante capítulo en mi carrera corporativa, tomé la decisión de emprender y lancé mi propio negocio, ¡con una mezcla de nervios y mucho entusiasmo!
Lo que comenzó como una escuela de cocina para apasionados se convirtió rápidamente en una empresa que ofrece servicios de chef privado y catering, con un crecimiento constante año tras año.
Mi amor por la comida se remonta a mi infancia. Gracias a mis padres, tuve la oportunidad de viajar desde muy joven, probando diversos platos y recetas. Siempre he sentido curiosidad y pasión por todo lo relacionado con la comida y la cocina. A pesar de esta pasión, la mayor parte de mi vida profesional se desarrolló en el ámbito de la gestión empresarial. Inicialmente en el sector de la hostelería y más tarde en consultoría y formación.
En 1992, lleno de ilusión, me trasladé a Glion sur Montreux (Suiza) para cursar una licenciatura en Dirección Hotelera. El mundo de la hostelería cautivó mi corazón y, tras finalizar mis estudios, tuve la suerte de conseguir un puesto de formación de directivos en el Hotel Tamanaco de Caracas (Venezuela). A lo largo de los años, trabajé en varias ciudades -Caracas, Miami, Chicago y Austin- para la cadena Intercontinental, en el departamento de Alimentos y Bebidas. Esto me mantuvo cerca de las cocinas, tanto durante las horas de trabajo como en mi tiempo libre, ya que aprovechaba cualquier oportunidad para disfrutar de una buena arepa, explorar restaurantes notables o saborear un excelente entrenamiento de barbacoa tejana.
En 2001 regresé a Sevilla, donde residía toda mi familia. Me centré en la formación y la consultoría, y viajé mucho por Centroamérica, especialmente Guatemala, Nicaragua y El Salvador. Me propuse probar los platos más típicos y tradicionales de cada país siempre que el trabajo me lo permitía. Durante esos años, cuando no tenía compromisos que me ataran, dedicaba mis vacaciones a viajar por el mundo, deleitándome con la rica oferta culinaria de Brasil, Argentina, Tailandia, Hong Kong, Japón, Kenia y otros países.
Tras una década como director de una Escuela de Hostelería en la Costa del Sol, decidí hacer de este maravilloso lugar mi hogar permanente. Abrí mi pequeño negocio en Guadalmina, Marbella, donde vivo con mi marido y mi hijo desde entonces. Hoy me considero increíblemente afortunada por hacer algo que me apasiona de verdad. Cocinar, organizar eventos y conectar con personas de todo el mundo me producen una inmensa alegría.
Preferiría decir «hacemos» todo con el corazón, ya que nunca estoy solo en esta aventura. Me acompaña mi compañera de fechorías, la brasileña Janne Ribeiro. No sólo es una persona increíble, sino que también es detallista, muy profesional y comparte una pizca de la misma locura que yo. Juntos podemos hacer realidad cualquier sueño, grande o pequeño. Así que, ¡tira la mano y hagámoslo realidad!
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